COMO LOS REYES MAGOS.
Como los Reyes Magos hace más de 2.000 años todos seguimos una estrella que nos lleve hasta aquello que buscamos en la vida, que la llene de sentido. Ellos miraron al cielo para encontrar respuestas y dos milenios después de aquel histórico acontecimiento hemos de seguir mirando al cielo para que seamos capaces de hallar las soluciones a los problemas y amenazas que se nos presentan en este mundo.
Tras un año marcado aún por una pandemia que se resiste a abandonarnos y por sufrimientos ligados a guerras e injusticias, fenómenos naturales imprevisibles, odios y sinrazones, violencia contra mujeres y niños inocentes, falta de valores y escrúpulos de muchos dirigentes, desprecio a la vida, a la libertad y a las creencias y por tantos y tantos males para los que necesitamos esperanza, más que nunca, hemos de buscar esa estrella.
Han sido muchos los buscadores de estrellas que han encontrado sus respuestas en la ayuda a los más necesitados, en el alivio para los que sufren; dando paz en las discordias, poniendo a Dios en medio de la vida y regalándolo a los demás. Así, muchas hermandades han seguido demostrando que merece la pena seguir trabajando por ese mensaje de paz y de esperanza que nos trajo ese niño nacido en Belén bajo la estrella que unos lejanos magos de Oriente supieron ver en el firmamento y en su tiempo.
Esa estrella que sólo ven las personas de buena voluntad ha guiado a muchos jóvenes y auténticos cofrades de nuestra Hermandad para hacer el bien que anunciaba el Niño y que adoraron los Reyes. Ese largo viaje por el desierto de los Magos mereció la pena al igual que la merece nuestra entrega y sacrificio por los demás en el desierto de nuestra existencia terrenal. Son esos gestos que hacen la vida más fácil a los demás los que dan sentido a la nuestra; esa venta de dulces para las monjas de clausura, las recogidas de alimentos y juguetes para los que no tienen, las visitas a los enfermos que necesitan aliento, las sonrisas regaladas a las ancianas de la residencia de las Hermanas de la Cruz que las devuelven con la alegría de un niño, el fomento del valor de nuestras costumbres entre los niños con el concurso de villancicos o con las visitas de los Magos, la puesta en escena del nacimiento de Cristo con el montaje de belenes y motivos navideños……
No hay mejor oro, incienso y mirra para el Niño de Belén que….Regalar “Fe”, sembrar “Esperanza” y derrochar “Caridad” entre tantos niños e hijos de este mundo que siguen necesitando de Dios a través de nosotros.
Un simple gesto como el que recoge la imagen con los tres Reyes Magos de la Hermandad del Desconsuelo llevando la ilusión a un niño confinado por la pandemia, hacen de esta hermandad, de todas las hermandades, de la Iglesia en su conjunto, una brillante estrella en la que se fijen muchos hombres para seguir creyendo en la esperanza en un mundo mejor que nos trajo Cristo naciendo de María en una perdida aldea de Judea.
Con ese deseo de ser mejores cada día entendiendo el mensaje de Dios que se hizo carne de la carne humana y manifestó su grandeza en la Epifanía, hagamos de sus promesas regalos de amor para los que esperan en Cristo, siendo para ellos verdaderos Reyes Magos.
Paco Zurita
Hermano mayor
Epifanía 2022