Felicitación de Pascua
Queridos hermanos:
Un año más, me dirijo a vosotros para alegrarnos juntos por la Pascua del Señor y felicitar a todas las personas que han hecho de esta Cuaresma y de esta Semana Santa marcos inmensos de entrega y de amor por los demás.
No olvidaremos sin duda este año en el que no pudimos acompañar en procesión a nuestros Titulares por las calles de Jerez, al igual que todas las hermandades y cofradías de España. Pero tampoco olvidaremos el ejemplo de cristianismo, entrega y generosidad que tantos cofrades de nuestra ciudad han demostrado en estos difíciles momentos de nuestra historia.
Es mucho lo que se esperaba de nuestras hermandades y mucho más aun lo que se espera de nosotros para que seamos fuerza viva de creyentes en la ayuda a los más afectados, dando consuelo a los desconsolados, dando pan a los hambrientos, dando cobijo a los desprotegidos, dando aliento a los desesperados.
Es mucho lo que hemos hecho entre todos y mucho más lo que hemos de hacer. Y nuestra hermandad por el peso que le ha dado la historia y la devoción en nuestra ciudad debe estar a la altura de esa responsabilidad.
Hoy, más que nunca, os necesitamos, porque cualquier ayuda es preciosa en estos momentos de extrema dificultad.
Hoy, más que nunca, es necesaria la participación de todos los hermanos para llevar empresa que nos ha encomendado Cristo para su Iglesia que sufre.
Cada cual dentro de sus limitaciones y posibilidades deberá dar lo mejor de sí para llevar al Señor de las Penas y a María Santísima del Desconsuelo a hombros por las calles de esta Crisis que se nos avecina.
La Hermandad no quiere renunciar a nadie, ni para pedirles ayuda, ni para dársela al que la necesita.
Por eso, queridos hermanos, pido encarecidamente que respondáis masivamente a esta petición que os hago en nombre de la Junta de Gobierno para que ofrezcáis lo que podáis y pidáis lo que necesitéis; esta es la esencia de una verdadera Hermandad.
A los que venís, a los que rezáis desde casa, a los que deseáis reconciliaros con algún hermano y no encontrabais el momento, a los que ofrecéis vuestro trabajo, vuestros donativos, vuestras ideas, vuestros consejos, vuestra ilusión….. A todos, os pido que unáis vuestras fuerzas en esta causa común que hemos de afrontar porque todos sois necesarios.
A todos vosotros, muchas felicidades porque el Señor ha resucitado en cada uno de nuestro corazones.
Un abrazo.