POR UN GRAN MARTES SANTO.
Estos días estamos mirando todos al cielo con el temor contenido porque, tras dos años de pandemia, ardemos de deseos por ver al Señor de las Penas y María Santísima del Desconsuelo de nuevo por las calles de Jerez.
Será lo que ellos quieran, pero hemos de seguir mirando al cielo cada día del año, cada momento de nuestra vida y pedirles con fe que nos recuerden lo que somos. Que haga de nosotros mejores cristianos, mejores cofrades, mejores personas. Sin mirar los mapas del tiempo, sé que haremos estación de penitencia, como la hemos hecho los dos años que no hemos podido salir por la pandemia.
Es normal que esos ardientes deseos por salir en procesión, las emociones contenidas, la propia incapacidad humana para dominar los designios del cielo, nos lleven a perder los nervios y a aflorar nuestros pobres sentimientos humanos. Por ello, pongámonos una vez en sus manos de Dios que se sacrifica en su hijo Jesucristo por todos nosotros y dejemos que nos embriague con su sangre derramada. Que esa sangre nos permita….
Superar nuestros celos y rencillas; tantas veces por nimias razones
Perdonar y olvidar las ofensas de nuestros hermanos porque el rencor nos hace aún más daño
Olvidarnos de nuestros orgullo haciéndonos más humildes, como el Señor de las Penas.
Pedir por los que más nos necesitan, como con lágrimas pide nuestra Madre del Desconsuelo
Abrazar al que nos ha hecho daño y devolverle el bien de nuestro corazón.
Dar amor, todo el amor que podamos a los que no conocen el amor de Dios…
Sólo así habrá merecido la pena la larga espera y, sólo así, podremos salir a la calle aunque no caiga agua del cielo.
Que el Señor de las Penas y María Santísima del Desconsuelo os colmen de bendiciones y nos permita una estación de penitencia plena.
Paco Zurita
Hermano Mayor